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Al cambiar la imagen del producto, las ventas aumentaron. |
Cada mes Comestibles El Gaván comercializa en el Meta y Bogotá más de 250 mil paquetes de pan de arroz, producto típico de los Llanos Orientales. La empresa nació en un pequeño local de tres metros cuadrados, en el barrio El Estero de Villavicencio, en el año 1994.
Su
fundador, Germán Gordillo, no había cumplido la mayoría de edad cuando recibió
de su hermano un horno y los elementos necesarios para elaborar sus propias
rosquitas. Las ofrecía en las tiendas, montado en una bicicleta. Todas las
tardes, también subía caminando con un canasto hacia el barrio Galán, en la
parte alta de la ciudad, y bajaba ofreciendo el producto en las casas, hasta
llegar al Centro. Terminaba su recorrido a las afueras de la Gobernación, en
busca de algunos clientes.
Con
el pasar de los años, superando dificultades, el negocio fue creciendo y se
hizo necesario contratar personas que le ayudaran. Incluso, el punto de fabricación se trasladó al barrio
Villa Johana, a una vivienda más grande. “Prácticamente yo empecé sin plata,
sin nada. La receta se la aprendí a mi hermano y mi cuñada. En esa época el pan
se trabajaba blandito. Ya después lo pusimos tostado”, recuerda Germán
Gordillo.
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Germán Gordillo, creador de la empresa Comestibles El Gaván. |
El Gaván ha logrado negociaciones con las cadenas Olímpica, Oxxo, Justo y Bueno y los supermercados Cooratiendas y Romi, en donde actualmente se puede conseguir el producto. En octubre pasado, la marca dio a conocer que envió el primer pedido de pan de arroz a Miami, Estados Unidos. Las roscas, que son más pequeñas de lo normal para poderlas exportar- sin que se partan-, estarán en la cadena de supermercados El Bodegón, de dueños colombianos.
“Estaremos
en seis tiendas, por ahora. Este es un pedido de ensayo. Queremos que los
amigos del Meta nos recomienden allá. Si se vende, nos hacen otro pedido y
vamos escalando. Ese es el compromiso”. Otro de los países que quieren
conquistar es Panamá, nación a la que ya ingresaron a través de un
intermediario.
El
balance hoy es positivo, sin embargo, entre los años 1998 y 2000 la empresa
casi quiebra debido a los efectos en la región del conflicto armado. Había
inconvenientes, por ejemplo, para transportar hasta Villavicencio la cuajada y
el arroz, ingredientes principales del
crocante alimento. “Fue una época difícil porque todo se ponía costoso y no
había tanto consumo. Se bajaban las ventas. Era como si la gente no tuviera
plata para gastar”.
Yo tengo mucha fe que el pan de arroz se va a vender (en Estados Unidos), porque es algo diferente. No existe a nivel mundial un producto como este, 100 por ciento llanero
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Roscas tradicionales (izquierda) y pequeñas, para exportar (derecha). |
Comestibles El Gaván distribuye cada
semana en Bogotá cerca de 50.000 paquetes de pan de arroz. Esta empresa del
Meta genera 30 empleos directos.
Cambio
de mentalidad
Germán
Gordillo confiesa que antes vendía pan de arroz para sobrevivir. No pensaba
tanto en crear empresa. Su mentalidad cambió cuando hizo dos talleres sobre
negocios y administración en el Sena. De
entidades como la Cámara de Comercio de Villavicencio y Procolombia también
recibió capacitaciones.
“Comencé
a implementar lo que aprendí. Hicimos nuevas estrategias de ventas y cambiamos
el producto: le pusimos, por ejemplo, una imagen y etiqueta. Así volvió a coger
fuerza”.
“La
bolsa era toda delgadita y no le daba muy buena presentación. La cambiamos por
una de mejor calidad y las ventas aumentaron. Después incluimos el código de
barras. Cuando me di cuenta que por ahí era el camino, fuimos, poco a poco,
organizando la empresa”.
Ante
el aumento de los pedidos de roscas, el emprendedor decidió invertir en
tecnología para modernizar la planta de producción que funciona ahora en la
vereda Caney Alto, en Restrepo (Meta). Esta tiene 600 metros cuadrados, distribuidos
en las áreas de molienda, asado y empacado. Los molinos son industriales y el
moldeo de la masa (antes hecho a mano) se logra con una máquina automática. Los
hornos son giratorios y tienen temporizador para el asado: se escucha un pito
cuando las roscas de pan de arroz están en su punto.
“Todo lo de nosotros ha sido paso a
paso. A medida que uno iba recibiendo
algo de ganancia, lo iba invirtiendo”.
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La planta de la compañía está ubicada en el municipio de Restrepo (Meta). |
Esta empresa metense
viene innovando en los sabores del producto para seguir vigente en el mercado. Es
así como además ha logrado producir pan de arroz integral con semillas de
quinua y picante con jalapeño. Ahora la novedad es la galleta de pan de arroz
con chocolate.
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Recipientes llenos de arroz para iniciar el proceso de fabricación. |
Estas fueron otras
de las preguntas que Gente Pa’lante le hizo al empresario Germán Gordillo:
¿Cuáles han sido las mayores dificultades
que ha afrontado desde el nacimiento de la empresa?
La parte económica
ha sido una dificultad grande. Uno tiene que generar confianza para que los
bancos le presten plata. Entonces es difícil el tema cuando uno no tiene los
recursos disponibles.
Segundo, para
poder exportar tocaba tener una trazabilidad de las materias primas. Entonces
en el Meta muy pocas empresas tienen pensado exportar y mucho menos queso, que
es nuestra materia prima principal. Las buenas prácticas de manufactura son
difíciles de encontrar en el departamento. Afortunadamente encontré dos
empresas que creyeron en el proyecto y han venido trabajando conmigo a la par:
se han capacitado y ven la importancia de las buenas prácticas.
Mis proveedores
principales, que sacan un producto con calidad para la exportación, están
ubicados en los municipios de Mesetas y Cumaral (Meta). Anteriormente, nosotros íbamos a la plaza y
comprábamos la cuajada que estaba ahí en una caneca. Hoy en día tiene que venir
de una planta certificada por el Invima.
¿Qué procesos han incorporado y en qué
han innovado?
Nosotros
tecnificamos el proceso. Ya es un 80 por ciento tecnificado. Creamos nuestras
propias máquinas para hacer el pan de arroz porque no existe una en el mercado
para su elaboración. Adaptamos otras máquinas que existen para otro tipo de
productos. Ya se hace automáticamente.
Para el proceso de
empacado, nos tocó adaptar unas empacadoras, pero todavía no se ha logrado el
100 por ciento. En producto, tratamos de sacar una innovación anual. Primero
sacamos el pan de arroz picante con jalapeño y después hicimos el integral con
semillas de quinua. Este año sacamos la galleta de pan de arroz con chocolate y
para el próximo año estamos haciendo las pruebas en pan de arroz con finas
hierbas.
Otra innovación
fueron las rosquitas pequeñas para que se pudieran exportar porque las grandes
se parten fácilmente.
¿Qué ha aprendido del mundo
empresarial?
Que las metas se
pueden ir cumpliendo, poco a poco, así uno no tenga los recursos. Pensaría yo que hay que tener paciencia y no
desviarse de esa visión que se tiene. La constante de nuestra empresa ha sido
no dejar caer el negocio.
¿Qué piensa del emprendimiento?
Creo que el
emprendimiento da un poquito de miedo, pero a uno en el proceso se le quita. Se
puede decir que no importa que dé miedo. Hay que arriesgarse.
¿Qué hacer, desde su punto de vista,
para que la región salga adelante?
Dejar de quejarse,
básicamente. Yo veo que nos quejamos por la carretera, por el Gobierno y por
otras cosas. Eso no deja que logremos los objetivos. Es más decisión de la
gente sacar adelante a este departamento.
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